Las estafas del amor, de la culpa al ridículo: "Estás solo, la gente se aguanta la risa"

Estos timos usan técnicas de manipulación emocional y coacción afectiva que provocan una devastación psicológica superior a la ruina financiera.

Los afectados reclaman más concienciación e información.

Novedades en el caso Madeleine McCann: la Policía volverá a buscarla en Portugal

Las ciberestafas amorosas  dejan una ruina psicológica más devastadora que la económica.
Las ciberestafas amorosas dejan una ruina psicológica más devastadora que la económica. / EP
Agencias

02 de junio 2025 - 19:01

Madrid/Las ciberestafas amorosas constituyen una forma emergente de violencia digital que va mucho más allá del perjuicio económico. Según se ha puesto de manifiesto este lunes en una jornada parlamentaria celebrada en el Congreso de los Diputados, estos timos añaden técnicas de manipulación emocional y coacción afectiva que provocan una devastación psicológica superior a la ruina financiera, generando en las víctimas sentimientos de vergüenza, culpa y humillación.

"Es muy doloroso que se rían todos, en la policía o en el banco, que la gente no te entienda", confesó Vicente, quien perdió más de 24.000 euros tras caer en una estafa a través de una aplicación de citas. Por su parte, Jorge relató cómo se apoderó de él la culpa por haber sido "tan gilipollas" y no atreverse a contarlo porque "todo el mundo se aguanta la risa y te juzga por picar de esa manera". Ambos testimonios fueron escuchados durante el evento organizado por la Asociación Nacional Contra la Estafa con Manipulación Emocional (Anceme).

Paz Velasco, jurista y criminóloga, explicó durante su intervención que este tipo de delitos no está específicamente tipificado en el Código Penal español, lo que dificulta su persecución y aumenta la impunidad de los estafadores. La experta diseccionó la anatomía de estas estafas, destacando que los delincuentes "son pacientes" e "invierten un tiempo significativo para construir su relación de confianza antes de solicitar el dinero".

El modus operandi de los depredadores emocionales

Los ciberestafadores emocionales son descritos por Velasco como "hábiles depredadores sociales" capaces de "detectar la soledad, la necesidad de afecto o los problemas de autoestima". Este perfil coincide con las experiencias relatadas por las víctimas presentes en la jornada, como Vicente, quien fue atacado tras su separación, o Alicia, que compartió cómo estafaron a su hermano con enfermedad mental después del fallecimiento de su madre.

El proceso comienza con la construcción de identidades digitales falsas pero minuciosamente detalladas. Tras contactar con la víctima, el estafador pasa a la fase denominada "avalancha de afecto". "Los mensajes de cariño son constantes, te hace creer que has encontrado a tu alma gemela", explicó la criminóloga, algo que corroboró Vicente al afirmar que se encontró con alguien con quien "todo era estupendo".

En esta etapa, que puede prolongarse desde pocas semanas hasta un año, el delincuente intensifica la intimidad y hace creer a la víctima que llegará el momento de conocerse físicamente, aunque siempre surgen impedimentos para el encuentro.

De la manipulación al abandono

Cuando la víctima ya se siente emocionalmente vinculada, el estafador introduce un problema inesperado: una emergencia médica, una deuda repentina, un problema legal o una supuesta oportunidad de inversión. Si la persona muestra reticencias para enviar dinero, el manipulador recurre a la culpabilización o la coacción emocional.

Una vez conseguido el objetivo económico, el delincuente puede desaparecer o iniciar lo que Velasco denomina "ciclo de abuso", solicitando más dinero y manteniendo a la víctima en un estado constante de manipulación y falsa esperanza. Finalmente, cuando la víctima descubre el engaño, sufre "un impacto devastador" comparable "al duelo por la muerte de un ser querido", acompañado de una "profunda humillación".

La lucha contra la impunidad

Bajo el lema "Cambiar la vergüenza de bando", Blanca Frías, presidenta de Anceme, inauguró los debates enfatizando que las ciberestafas emocionales representan "una forma de violencia digital con un impacto emocional tremendo". Frías abogó por medidas que no solo se centren en la prevención y las víctimas, sino principalmente en los estafadores para frenar la impunidad.

Jorge Coronado, fundador de la empresa QuantiKa14 y experto en estafas internacionales, propuso regular la publicación en redes sociales y aumentar los controles en la creación de perfiles en aplicaciones de citas. Esta propuesta fue respaldada por numerosas víctimas, que reclaman mayor concienciación e información sobre los riesgos asociados a estas plataformas.

Los participantes en la jornada coincidieron en que las ciberestafas emocionales no son simples historias de ingenuidad, sino delitos invisibles que afectan a víctimas muy diversas y que, si no se visibilizan y persiguen adecuadamente, continuarán proliferando sin control.

stats
OSZAR »