El Rey Felipe VI se postró ante la Virgen de las Angustias de Granada
El monarca visitó la Basílica de las Angustias, ratificando el nombramiento de la Casa Real Española como hermana mayor perpetua de la Hermandad Patronal, vigente desde el reinado de Fernando VI
El Reportaje | La vinculación de la Casa Real con la Virgen de las Angustias de Granada

Granada/Vítores y aplausos ante el coche oficial de la Casa Real a su llegada a la Carrera de la Virgen, la calle que aglutina la mayor de las devociones de los granadinos y granadinas. En el interior del vehículo el Rey Felipe VI, saludando a los cientos de devotos que se congregaban a las puertas de la Basílica de las Angustias. En el rostro una gran sonrisa se esbozaba ante la gran expectación con la que se recibía la visita real. En pocos minutos, y bajo las bóvedas de la Basílica, el monarca quedaría ratificado como hermano mayor perpetuo de la Hermandad Patronal de la Virgen de las Angustias de Granada. Un regio honor mantenido durante siglos, vigente desde el reinado de Fernando VI.
Una vez frente a la Basílica, el monarca salió del vehículo oficial mientras recibía una fuerte ovación del público allí congregado. Clamor popular que el Rey recibió en primera persona, al acercarse a los granadinos, granadinas y todos los medios de comunicación allí presentes. Bajo el dintel del templo, autoridades civiles y eclesiásticas recibían a Su Majestad. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, estrechaba la mano con el Rey Felipe VI a su llegada, junto a la alcaldesa de la ciudad, Marifrán Carazo, y el arzobispo de la Archidiócesis de Granada, José María Gil Tamayo.

A los sones del Himno Nacional de España, Su Majestad ingresó hasta el interior de la Basílica. Una vez en el presbiterio, realizó una reverencia frente a la Virgen de las Angustias, elevando su mirada hacia la Patrona de los granadinos. El hermano Mayor de la Hermandad Patronal de la Virgen de las Angustias de Granada, Antonio González Martín, guió al monarca hasta el Camarín.
La Santísima Virgen se presentaba para tal ocasión portando el manto y la corona de oro donados por la Reina Isabel II. Un gesto fraternal de la Hermandad Patronal, ridiendo homenaje a la vinculación centenaria entre la corporación granadina y la Casa Real. A su llegada, se viró la peana de la Sagrada Imagen, de tal forma que el monarca pudiera contemplar en todo su esplendor a la Patrona de Granada.
Posteriormente, Su Majestad y las autoridades accedieron a una de las salas anexas al Camarín para oficializar su ratificación como hermano mayor perpetuo de la Hermandad Patronal de la Virgen de las Angustias.
Seis siglos de historia
La vinculación de la monarquía española con la Virgen de las Angustias nace junto al propio origen de la advocación. Tras la toma de la ciudad, el 2 de enero de 1492, los Reyes Católicos inician una campaña para integrar el culto cristiano en la ciudad, convirtiendo las mezquitas y oratorios musulmanes en incipientes capillas. Una red parroquial en expansión que iría configurando paulatinamente un nuevo mapa urbano, sustituyendo los minaretes por campanarios. Cerca del río Genil, en el actual Humilladero, se sacralizaría un pequeño espacio de culto musulmán por expreso deseo de la Reina Isabel I de Castilla, que donó uno de sus cuadros devocionales en 1501. La tabla pictórica, obra de Francisco Chacón, comenzaría a despertar el fervor de los granadinos de la época, que acudían a orar ante la primitiva Virgen de las Angustias.

El culto a la actual Sagrada Imagen, atribuida a Gaspar Becerra, se iniciaría entre 1553 y 1565. Años más tarde, en 1569, el Rey Felipe II y Juan de Austria pasarían a formar parte de la nómina de la Hermandad Patronal, fundada en 1545. El monarca, conocido popularmente como ‘El Prudente’, sería uno de los principales benefactores de la corporación. Durante una visita a la ciudad, con el afán de sofocar una rebelión de moriscos, donó unos terrenos cercanos a la primitiva ermita para alzar un nuevo templo, que respondiera a la creciente devoción de la Virgen de las Angustias. La Cédula Real, en la que el Rey Felipe II impediría a las autoridades locales interferir en las acciones de la Hermandad Patronal, se exhibe en el recién inaugurado ‘Tesoro de la Virgen de las Angustias’.
A principios del siglo XVIII, se proyecta la construcción de un nuevo retablo para la Basílica, que integrara mármoles de Sierra Nevada, Macael, Cabra e Íllora. La cofradía solicitó una licencia al Rey Felipe V para trasladar la construcción ornamental a la Iglesia de Santa María de la Alhambra, templo perteneciente al Patronato Real. La obra, concebida por artistas de la época, incorporaría la Imagen de San Lorenzo, evidenciando la devoción del Rey Felipe II, así como el agradecimiento de la corporación al monarca.

Durante el reinado de Fernando VI, la Hermandad Patronal aprobaría en cabildo general el nombramiento del monarca como hermano mayor perpetuo de la corporación, así como todos los sucesores de la Corona Española. Desde este momento, la Casa Real ostenta el honor concedido a través de una Cédula Real, que se conserva en el archivo oficial de la Hermandad Patronal. En recuerdo, se exhiben en la Basílica dos lienzos del Rey Fernando VI y la Reina Consorte, Bárbara de Braganza.
La Reina Isabel II fue la monarca que creó mayores alianzas entre la Corona Española y las hermandades y cofradías andaluzas. Entre ellas, la Hermandad Patronal de la Virgen de las Angustias de Granada, a la que donó multitud de presentes. Entre los más destacados una corona, ofrendada a la Patrona de Granada en virtud de la Real Orden del 17 de marzo de 1847 junto a una epístola personal. A su vez, la monarca donaría el popular ‘Manto de Isabel II’ y un antipendio para el Altar (utilizado en las vestimentas de la Santísima Virgen, con alusiones al reinado).
El 20 de septiembre de 1913, la Infanta Isabel, conocida popularmente como ‘La Chata’, presenció la Coronación Canónica de la Virgen de las Angustias. Situada en un palco de autoridades ubicado en la actual Puerta Real de España, presidiría el solemne acto junto a representantes aristocráticos y eclesiásticos de la época, en representación del Rey Alfonso XIII.

Aunque no llegaría a ser monarca, D. Juan de Borbón visitaría la Basílica de las Angustias el 6 de marzo de 1992, para ofrendarle a la Santísima Virgen la Gran Cruz de la Orden del Mérito Naval. Con anterioridad, el 11 de abril de 1959, los príncipes Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia acudieron se postraron ante la Patrona de Granada. Una vez proclamado como Rey de España, volverían al templo patronal en el año 1976.
Un Rey, a sus plantas
La visita finalizó con el monarca frente a Altar Mayor de la Basílica. Mientras el órgano interpretaba el Himno de la Virgen de las Angustias, el Rey Felipe VI se persignaba ante la Patrona de Granada, finalizando la visita real. Y mientras abandonaba el templo patronal, se interpretaba la eterna sinfonía que los grandinos hacen plegaria cada mes de septiembre. Hay una Madre de Amores que adora a Granada entera; la Virgen de las Angustias, la que viven en la Carrera.
Así vivió Granada una jornada en la que se volvió a evidenciar la vinculación entre la Casa Real Española y la Hermandad Patronal. Una relación regia consolidada durante siglos de historia común, en los que los monarcas han rendido honores a la más honda devoción de los granadinos y granadinas.
Un nuevo capítulo en la historia devocional de la ciudad, el 30 de mayo de 2025. El día en el que el Rey Felipe VI se postró ante las Angustias, la Virgen de los granadinos.

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