Arte y mente: un encuentro necesario en el 50 aniversario del HLA Inmaculada

Contenido ofrecido por HLA Universitario Inmaculada de Granada

En una emotiva charla-coloquio, destacados expertos reflexionaron sobre la salud mental desde el prisma del arte, en un acto que cerró el ciclo conmemorativo del hospital

Fotografía de familia con los ponentes de esta última charla-coloquio por las cinco décadas de HLA Inmaculada.
Fotografía de familia con los ponentes de esta última charla-coloquio por las cinco décadas de HLA Inmaculada. / José Velasco/GPMEDIA
Rodrigo Vázquez - Redactor

01 de junio 2025 - 05:00

El Hospital HLA Universitario Inmaculada ha puesto, el pasado jueves 29 de mayo, el cierre de un ciclo muy especial. Como parte de las actividades por su 50 aniversario (que se conmemora oficialmente el próximo 5 de junio), el hospital organizó la última de sus charlas-coloquio, centrada esta vez en un tema tan relevante como complejo: la salud mental, explorada desde la perspectiva del arte.

Bajo el título “Arte y Salud Mental”, la cita reunió a figuras de primer nivel del ámbito psiquiátrico y legal, además de representantes institucionales del Grupo HLA. Los doctores José Cabrera y María Inés López Ibor, referentes nacionales en Psiquiatría, compartieron reflexiones junto al experto legal José Francisco Estévez, encargado también de moderar la sesión, y al CEO del Grupo HLA, Valeriano Torres. La catedrática Amelina Correa Ramón, inicialmente prevista entre los ponentes, no pudo asistir por motivos de salud.

El acto arrancó con unas palabras de bienvenida a cargo de Valeriano Torres, quien subrayó la importancia de conectar con la sociedad a través de temas que nos afectan a todos. Recalcó además la responsabilidad del entorno sanitario no solo en el ámbito asistencial, sino también en el formativo y social. La intervención de José Francisco Estévez sirvió como apertura al coloquio, marcando el tono de una conversación fluida, profunda y cargada de matices.

Uno de los primeros enfoques abordados fue el rol del arte como refugio y canal de expresión en épocas de crisis. La doctora López Ibor señaló que, en momentos en que la racionalidad se ve sobrepasada, la creatividad emerge como un acto de insurrección necesario. El doctor Cabrera amplió esta idea, apuntando que el lenguaje verbal a menudo resulta insuficiente para transmitir emociones complejas, mientras que el arte logra “mostrar y sentir” lo que las palabras no alcanzan.

La charla fue construyéndose sobre preguntas abiertas, más que sobre respuestas cerradas. ¿Puede el arte prevenir trastornos mentales? No, afirmaron con claridad los ponentes, aunque coincidieron en que puede ser una herramienta muy valiosa para aliviar el sufrimiento emocional y estimular la salud cognitiva. La lectura, la música, la pintura… todas tienen el poder de activar áreas del cerebro que favorecen el bienestar.

Se desmitificó también la idea romántica del “artista loco”, considerándola más un cliché que una realidad clínica. Aunque es cierto que enfermedades mentales han afectado a grandes creadores como Van Gogh o Goya, los expertos advirtieron que esto no debe entenderse como un requisito para la genialidad. Más bien, insistieron en que el arte puede ser parte del tratamiento, no del diagnóstico.

Los tres ponentes durante el evento realizado en el hospital granadino.
Los tres ponentes durante el evento realizado en el hospital granadino. / José Velasco/GPMEDIA

La música, por ejemplo, fue destacada como herramienta terapéutica especialmente útil en casos de deterioro cognitivo. A pesar de que aún no está plenamente integrada en los protocolos médicos tradicionales, los avances en este campo muestran un enorme potencial. “El arte debe ser más valorado por el mundo clínico, no como adorno, sino como recurso”, afirmó uno de los ponentes.

Otro punto fuerte del encuentro fue la defensa de los espacios culturales como lugares de salud emocional y aprendizaje creativo, especialmente para los más jóvenes. En palabras del doctor Cabrera, estos entornos ayudan a fomentar la relajación, los valores y el pensamiento crítico, algo fundamental en una era marcada por el vértigo tecnológico. Al respecto, se plantearon también algunas preocupaciones sobre los efectos a largo plazo del uso excesivo de la tecnología y la inteligencia artificial en nuestras capacidades cognitivas.

La sala, repleta de asistentes, evidenció el interés que despiertan este tipo de conversaciones. No solo profesionales de la salud, sino también ciudadanos de a pie participaron de una jornada que combinó conocimiento, sensibilidad y compromiso.

Este coloquio no solo cerró un ciclo de charlas; fue también una metáfora del propio aniversario: 50 años de cuidado, de evolución, y de vínculo con la comunidad. Un hospital que mira hacia el futuro sin olvidar que el bienestar humano (físico, mental y emocional) es un todo indivisible. Y en ese camino, el arte y la salud mental seguirán caminando de la mano.

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