Nuevo paradigma más allá del peso
Congreso Europeo de Obesidad
Expertos reclaman un cambio en el enfoque clínico de la obesidad basado en una visión más integral para tratar un problema complejo con raíces biológicas, genéticas y sociales

La obesidad ha dejado de ser simplemente una cuestión de peso. En el marco del European Congress on Obesity, ECO 2025, celebrado esta semana en Málaga, destacados expertos internacionales han coincidido en que el abordaje clínico de la obesidad debe transformarse radicalmente, incorporando algoritmos terapéuticos personalizados, desarrollando evidencia robusta sobre nuevos fármacos y una visión integral del paciente. No se entiende solo como un problema de voluntad o alimentación, hay muchos factores a tener cuenta. Además, la llegada de nuevas opciones terapéuticas está transformando la práctica clínica, esbozando un nuevo paradigma.
En este sentido, el Dr. Luca Busetto, de la Universidad de Padova, abogó por un nuevo enfoque para el diagnóstico, clasificación y manejo de la obesidad en adultos. Busetto discute la necesidad de una reevaluación de los métodos tradicionales para abordar la obesidad, proponiendo “un marco más integral que considere no solo el índice de masa corporal (IMC), sino también otros factores clínicos y funcionales. Este enfoque busca mejorar la precisión en la evaluación de la obesidad y, por ende, en su tratamiento”. Además, se enfatiza la importancia de una gestión personalizada de la obesidad, teniendo en cuenta las comorbilidades asociadas.
Uno de los anuncios esperados vino de la mano de la profesora Barbara McGowan, del Guy’s and St. Thomas’s NHS Foundation Trust de Londres, quien presentó un nuevo algoritmo clínico desarrollado por la European Society for Obesity. Esta herramienta, que se publicará en Nature Medicine, tiene como objetivo orientar a los profesionales en la selección del tratamiento farmacológico más adecuado para cada paciente con obesidad, según su perfil clínico y las comorbilidades asociadas. “Tenemos más medicamentos disponibles que nunca, cada uno con mecanismos de acción distintos y eficacia variable. Es esencial personalizar la terapia para mejorar”, subrayó McGowan durante su intervención.
Uno de los estudios importantes que viene a reforzar la evidencia disponible sobre nuevos tratamientos ha sido presentado por la compañía Lilly, con los resultados detallados de SURMOUNT-5, un ensayo clínico abierto de fase 3b, que evalúa la seguridad y eficacia de tirzepatida, un agonista dual de los receptores GIP y GLP-1, en comparación con semaglutida, un mono-agonista del receptor GLP-1, en adultos que viven con obesidad o sobrepeso con al menos un problema médico relacionado con el peso y sin diabetes. Son, actualmente, los tratamientos más avanzados y de referencia en el manejo de la obesidad. Y este es el primer ensayo que compara directamente ambos fármacos.
Según explica el Dr. Leonard Glass, vicepresidente senior de Asuntos Médicos Globales en Lilly, “ambos medicamentos demostraron ser eficaces, pero tirzepatida mostró una mayor reducción de peso”. En el objetivo primario, los participantes tratados con tirzepatida lograron una reducción de peso promedio del 20,2% en comparación con el 13,7% con semaglutida a las 72 semanas utilizando la estimación del régimen de tratamiento, una pérdida de peso relativa un 47% mayor. Los participantes que usaron tirzepatida perdieron un promedio de 22,8 kg y los participantes que usaron semaglutida perdieron un promedio de 15 kg. Los resultados se han publicado simultáneamente en The New England Journal of Medicine.
Para el Dr. Glass “la obesidad ya no puede verse como un problema estético o de voluntad. Es una enfermedad compleja, con componentes genéticos, metabólicos, fisiológicos y ambientales. Durante mucho tiempo ha habido estigma y culpabilización del paciente, pero eso debe cambiar. Estos nuevos medicamentos nos permiten abordar la enfermedad desde sus mecanismos biológicos reales, lo que refuerza la necesidad de un cambio de mirada”.
Asimismo, hace hincapié en que el tratamiento farmacológico es solo una parte. “Hay que trabajar también en educación, prevención y concienciación. En Lilly colaboramos con programas de educación nutricional o de promoción de hábitos saludables. No podemos hacerlo solos: se necesita la implicación de gobiernos, universidades, asociaciones científicas y también los medios”.
“Aún no se reconoce como una enfermedad y eso es una barrera”
El Dr. Leonard Glass es endocrinólogo y vicepresidente senior de Asuntos Médicos Globales en Lilly. La perspectiva de sus 37 años de experiencia le anima a afirmar que “una de las principales barreras es que, en muchos casos, la obesidad no se reconoce aún como una enfermedad; y eso dificulta que los sistemas de salud prioricen su tratamiento”. “Pero sabemos que la obesidad está asociada a más de 200 enfermedades, incluidas cardiovasculares, metabólicas, apnea del sueño, artrosis... Y cada vez hay más datos que demuestran que tratar la obesidad de forma efectiva reduce la carga sobre el sistema sanitario”, explica. En un sistema nacional como el español, “eso puede marcar la diferencia; y por eso creemos que el acceso irá mejorando conforme se reconozcan esos beneficios a largo plazo”, apunta Glass. Respecto al entorno global que afecta a la I+D del medicamento, el experto explica que por un lado, existen más conocimiento que nunca sobre las enfermedades y sus mecanismos. “Y eso nos permite investigar moléculas más precisas”, señala. “Pero desarrollar un medicamento sigue siendo complejo. No basta con encontrar la molécula: hay que pensar si será oral o inyectable, si necesitará refrigeración, si podrá producirse a gran escala... Son muchos los factores en juego. Aun así, estamos entusiasmados con el potencial de encontrar terapias cada vez mejores, y en Lilly seguimos totalmente comprometidos con la ciencia”.
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