Las urnas y la calle

Las elecciones se ganan en las urnas y no en la calle. Ese es un principio básico de la democracia parlamentaria que los partidos políticos españoles parece que han ignorado en más de una ocasión. El Partido Popular y su presidente, Alberto Núñez Feijóo, vuelven a caer en ese planteamiento, que revela tanta ansiedad como impaciencia, con la convocatoria de una gran manifestación en Madrid el próximo domingo contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Feijóo quiere aprovechar el aumento de temperatura política que se ha experimentado en las últimas semanas. La concatenación de hechos ocurridos desde que hace un mes se produjo el apagón eléctrico que convulsionó al país, con el procesamiento del hermano del presidente del Gobierno por un presunto caso de tráfico de influencias en la Diputación de Badajoz o el ruido creado en Madrid por la filtración de audios y wasaps que demostrarían una supuesta operación, instigada desde el PSOE, para desprestigiar a mandos de la Guardia Civil que investigan comportamientos irregulares en el Ejecutivo y en el partido, han creado un clima irrespirable que están en la base de la estrategia desplegada por el PP. En la última sesión de control al Gobierno en el Congreso los portavoces populares actuaron al unísono para estigmatizar a los socialistas como componentes de un clan mafioso. No es así ni con grandes concentraciones de masas como se refuerza la democracia, sino con la presentación de una alternativa sólida y un programa elaborado para que los ciudadanos decidan cuando toque ir a elecciones. El PP tiene una magnífica oportunidad en su congreso de julio para clarificar su programa y relanzar su imagen. Todo lo demás sólo contribuirá a crear un ambiente cada día más tóxico, con los muchos riesgos que ello comporta.