San Nicolás, la iglesia que ha sobrevivido a terremotos, rayos, incendios y saqueos

El ADN de Granada

Ha sido abierta y cerrada para el culto conforme a la multitud de desgracias que le han acaecido y a sus deficientes restauraciones

Con la última reparación el anterior arzobispo pretendió dar un mensaje de paz entre Rusia y Ucrania

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Iglesia de San Nicolás
Iglesia de San Nicolás / A. C.

Durante muchos años la iglesia de San Nicolás ha estado cerrada. Su estructura blanca ha servido desde siempre como ese telón blanco que usan los fotógrafos a todos los que desde el mirador se hacen selfies con la Alhambra al fondo. La iglesia de la que vamos a hablar a continuación está abierta (cuando hay cultos) desde hace poco, tras los numerosos intentos de mantenerla a flote y gracias las reparaciones pertinentes. Y es que la historia de este templo es una montaña rusa en cuanto a los deterioros que ha sufrido a lo largo de su historia y sus obras de restauración. Tan pronto estaba nueva y colleja y abierta al culto, tan pronto cerrada por los destrozos y sus urgentes reparaciones. Seguramente ha sido la iglesia con peor suerte en Granada ya que ha sido dañada por terremotos, rayos, incendios y saqueos varios. En el Albaicín, en otros tiempos, se llegó a acuñar un dicho: “Tiene más achaques que la iglesia de San Nicolás”. Está en el ADN de Granada porque ha sido un icono del saber estar frente a la poderosa Alhambra y por resistir a tantas adversidades.

Hagamos un rápido repaso por sus vicisitudes. La ordena construir en 1501 el cardenal González del Mendoza. Se tarda un cuarto de siglo en su construcción. Pero en 1584 ya se necesita unas obras de reparación. En 1614 un terremoto la deja casi en la ruina y en 1821 le cae un rayo que destruye parte de la torre. En 1843 se suprime la parroquia por falta de fieles. Y es que allí iban a rezar los parroquianos con la vista puesta en la techumbre por si se caía alguna tabla, como en el famoso chiste. Siguiendo con el catálogo de desastres, en 1924 se derrumba la cubierta de la sacristía y en 1932 hay fuertes disturbios sociales en los que los más exaltados partidarios de la República intentan quemarla varias veces. El 10 de agosto lo consiguen y se incendia la techumbre, de estilo mudéjar y de incalculable valor. Dicen que los milicianos se hicieron después un arroz con la madera de algunos santos y que lo tuvieron que tirar por el fuerte sabor a pintura que desprendía el guiso. La bóveda resistió tres años más tras el incendio, hasta que finalmente acabó cediendo y se vino abajo. En 1937, en plena guerra, Prieto Moreno, Manuel Falla, Rodríguez Acosta y otros intelectuales inician una campaña para recaudar fondos. Hay que salvar San Nicolás, era el lema. Hasta salen albañiles que están dispuestos a trabajar gratis y el Ayuntamiento decide no cobrarle impuestos municipales a la iglesia. El arzobispo Balbino Santos Oliveras también se pone en primera línea para solicitar la restauración. Cuentan en el barrio que incluso el famoso mendigo conocido por El Lentejas pedía para el proyecto: ¿Me puede dar usté algo pa arreglar San Nicolás?

Traslado de imágenes

En aquella campaña, con lanzamiento de octavillas incluido, se recogió dos mil pesetas y se iniciaron unas modestas obras de restauración. Pero no es hasta 1980 cuando se iniciar el proyecto de Prieto Moreno y se asigna un presupuesto de 150.000 pesetas. Las obras terminan en 1987 y se abre al culto. Pero aquí no queda la cosa. Debido a la poca calidad de los materiales utilizados en la restauración y a la escasez de recursos para su mantenimiento, comienza un deterioro progresivo del templo. Primero se interrumpe el culto en el altar y después se traslada la imagen de San Nicolás y otros enseres a la parroquia de San José. Las actividades litúrgicas pasan a celebrarse en una de las capillas laterales. Pero las humedades causadas por las lluvias ponen en peligro las cubiertas, por lo que en 2005 se cierra la iglesia. En 2006 hay otro desprendimiento de la techumbre. Mediante obras de emergencia finalizadas en diciembre de 2011, se desmontan la teja y armadura deteriorada y se sustituyen por una estructura metálica y cubierta de placa ondulada, todo ello con carácter provisional hasta tanto se acometieran las obras definitivas de restauración de la iglesia. Y en 2012 surge la Asociación de Amigos de San Nicolás, que tenía como objetivo concienciar a la ciudadanía de que había que salvar la iglesia. Durante algún tiempo se cobró dos euros por personas para tratar de recaudar dinero con el que rehabilitar el templo. Muchos de los asociados trabajaron gratuitamente en ese tiempo en el adecentamiento del interior. La restauración se le encarga al arquitecto granadino Antonio Martín con un objetivo: recuperar el esplendor perdido. Cuando ya estaba el proyecto en marcha, el arzobispo, monseñor Javier Martínez, le da las gracias a la Asociación de Amigos de San Nicolás por los servicios prestados y les deja fuera del futuro del templo. Adiós muy buenas. Además, el arzobispo tiene otra idea muy distinta: hacer un templo global que mostrara a través de su arte distintas culturas. Y a la vez lanzar un mensaje de paz en el conflicto de Rusia y Ucrania. Así una de las capillas se las encarga al artista libanés Abdo Badwi y la otra al etíope Adefris Geletu. El presbiterio lo pintarán los ucranianos Ivanka Demchuk y Arsen Bereza. Además, san Nicolás es muy venerado en Rusia. No hay iglesia o ermita que se precie en ese país que no tenga una imagen del santo de Bari. San Nicolás es el patrón de marineros, comerciantes, arqueros, ladrones arrepentidos, cerveceros, prestamistas, solteros y estudiantes en varias ciudades y países de toda Europa. Monseñor Martínez también dispuso que ocupara en la iglesia un lugar destacado San Andrés, que es patrón de Ucrania. Visto lo visto, es como si el arzobispo hubiera querido intermediar en el conflicto bélico entre ambos países. Por lo menos, así lo vio la prensa. En San Nicolás también se puede ver un retablo que es una maravilla y que han pintado a la limón siete artistas autóctonos: Jesús Conde, Francisco Lagares, Eusebio San Blanco, José Antonio García Amezcua, Miguel Ángel Madera, David Conde y Francisco Carrillo. ¡Ah! Y desde la torre se puede ver una amplia vista de Granada. San Nicolás, además, sirve de contrafuerte religioso a la mezquita que tiene enfrente. Como diciéndole: Todavía estoy aquí, ni cien rayos pueden conmigo.

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