Motril se despide de Escámez tras más de dos décadas de política pensando en el pueblo
El andalucista era concejal del Ayuntamiento de forma ininterrumpida desde 1999
Motril se despide de Antonio Escámez, un político de calle
Tres días de luto oficial en Motril por el fallecimiento de Antonio Escámez

Motril vive con consternación la despedida de Antonio Escámez (Motril, 1957-2025), "un político del pueblo y para el pueblo" al que no le temblaba el pulso a la hora de escuchar los problemas de todos sus vecinos y que movía cielo y tierra para intentar solucionarlos. Era uno de los históricos en la política municipal que más tiempo llevaba ejerciendo su cargo desde que comenzó en 1999. Y aunque, como muchos de sus conocidos apuntan, "a Antonio le hubiese gustado que nos despidiéramos de él con un vaso de vino y en el parque de su calle Ancha", el Ayuntamiento de Motril ha abierto, a petición de sus familiares, sus puertas para instalar la capilla ardiente y darle el homenaje que se merecía, algo que tan solo había ocurrido con anterioridad con el que fuera ministro, Julio Rodríguez, y el dramaturgo José Martín Recuerda.
La impronta de Escámez en la vida política y social de la Costa Tropical es profunda, como ha quedado constatado en el gran homenaje organizado desde las 16 horas, cuando el féretro ha llegado al Consistorio motrileño, por el que cientos de vecinos han pasado para mostrar sus condolencias a la familia y darle ese último adiós a un hombre que llegó a la política para hacer las cosas distintas, siempre con las vistas puestas en ayudar al ciudadano y sin importarle las reglas.
Durante las últimas décadas ha sido el socio indispensable para formar gobierno bajo distintas siglas, pero siempre en defensa de los intereses "de su Motril", como él se refería muchas veces a su ciudad. Actualmente, era teniente de alcalde del Ayuntamiento gracias al pacto de Gobierno alcanzado entre el PP y su partido -Más Costa Tropical- y gestionaba las áreas de Urbanismo, Medio Ambiente y Agricultura. Inició su andadura casi de casualidad cuando un amigo, Bernardo Lorenzo, le pidió su DNI, lo afilió y metió en la lista electoral del entonces Partido Andalucista como número tres. Una pelea entre los dos primeros candidatos del partido lo convierten en concejal en la legislatura de Luis Rubiales, y desde ese momento, a excepción de cuatro años que se quedaron fuera del gobierno municipal tras conseguir el PP la mayoría absoluta, se convirtieron en una de las claves para inclinar la balanza hacia la derecha o la izquierda en el Ayuntamiento. El mismo Escámez reconoció en una entrevista con este periódico en las pasadas elecciones que "cuando vienes a gobernar para los motrileños te da exactamente igual que sea blanco o negro, lo importante no es la marca, es trabajar". Y eso es lo que hacía desde las distintas parcelas en las que tenía competencias.
"A veces, una ciudad se para. Y no es por una obra, ni por un corte de tráfico. Es porque se detiene el corazón de alguien que la sostuvo durante décadas. Hoy Motril está en silencio. Pero no es un silencio cualquiera. Es el silencio de un pueblo que llora a uno de los suyos. A alguien que no necesitó banderas ni discursos vacíos para cambiar las cosas. Solo necesitó estar. Escuchar. Y actuar. Hoy Motril se siente más solo. Hoy nos falta alguien que no solo caminaba sus calles, sino que las escuchaba. Alguien que no se encerraba en un despacho, porque su verdadera oficina era cualquier rincón donde hubiera un vecino con un problema. El ayuntamiento y la cafetería de enfrente. Las reuniones y las conversaciones a pie de calle. Esa era su forma de hacer política: con el corazón en la mano y los oídos siempre abiertos", han expresado desde su propio partido con unas palabras que definen la esencia de lo que era Escámez, "un hombre del pueblo" que no se guardó nada para sí, "lo dio todo a su ciudad".

El motrileño perdía la vida la mañana de este lunes, y nada más conocerse la noticia las muestras de cariño y ánimo para sus familiares y conocidos no han cesado. El Consistorio ha decretado tres días de luto oficial por su fallecimiento a los 68 años. "Ha dejado tras de sí una trayectoria ejemplar de más de 26 años de servicio público desde que comenzara su periplo como edil en el Ayuntamiento de Motril en el año 1999. A lo largo de estas más de dos décadas de trabajo municipal, Escámez se ha caracterizado por su lealtad y compromiso con Motril y sus ciudadanos. Quienes tuvieron el privilegio de compartir camino con él, tanto en la vida política como en la personal, coinciden en destacar su gran cercanía y su sentido más profundo de la responsabilidad pública. Antonio Escámez era una persona dialogante, comprometida con todos los motrileños y motrileñas, donde se recordará siempre su humanidad, su capacidad de escucha y su entrega diaria por mejorar la vida de las personas", han señalado mientras recalcan que "la política municipal de Motril pierde a una de sus grandes figuras, dentro de un legado que permanecerá siempre en la memoria y la historia de la ciudad".
La muerte del edil ha dejado abatidos a compañeros de corporación municipal y vecinos, que ya echan en falta a una persona que "ha sabido hacerse querer por todos".
La mayoría de los presentes lo definen con "un político del pueblo y para el pueblo" y resaltan la cercanía que tenía con la gente, su humildad, su carácter afable y su interés por querer ayudar a todo el mundo. "No sabía decir que no a cualquier petición" y le "gustaba personalmente recorrer a pie a todos los rincones de nuestro municipio. Era una persona muy querida por todos, un buen amigo". Otro de los presentes ha apuntado que "Escámez era mucho más que eso. Era una persona muy cercana, muy empática. Siempre intentaba buscar una solución al problema que se le planteaba, aunque eso le supusiese a él un conflicto con sus compañeros de partido y del propio Ayuntamiento".
Su enorme afición por el deporte es uno de los rasgos que definieron la vida de Antonio. Seguidor incondicional del Barcelona, hasta el punto que según contaban "se lamentaba en los últimos días de que no hubieran podido utilizar la fuente de la Posta para celebrar las tres copas que habían conseguido este año".
Antonio Escámez hizo magisterio, por ello algunos recordaban la etapa que vivieron en su academia por donde pasaron cientos de personas, "recuerdo que pese a que teníamos una hora de clase, muchas veces estaba con nosotros tres y cuatro, y que no nos podíamos ir hasta que no termináramos los ejercicios que nos ponía".
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