Federico García Lorca y la música
Próximos a la celebración del 5 a las 5, fecha en que se conmemora el nacimiento de Federico García Lorca, recordamos su faceta musical
Canto bizantino

Granada/Desde su más tierna infancia las canciones populares y las nanas llegaron a Federico García Lorca gracias al ambiente familiar, a las sirvientas de la casa y al entorno. Su tía, Isabel García Rodríguez, le enseñó a tocar la guitarra. Cuando tenía 8 años le regaló una construida por José Ortega alrededor de 1906, conservada en la Huerta de San Vicente. Isabel había elaborado un cancionero para su uso. En 1906, Federico se traslada a Valderrubio, aunque la familia residió allí poco tiempo al establecerse en Granada. Este lugar sería su destino de veraneo hasta 1926, cuando adquirieron la Huerta de San Vicente en la capital.
Sin los recuerdos y vivencias de Fuente Vaqueros y Valderrubio no se entenderían Libro de poemas (1921), Romancero gitano (1928), ni obras como Bodas de sangre (1932) o Yerma (1934), sin olvidar Poema del cante jondo (1931). Es seguro que en Valderrubio escuchó habitualmente el cante jondo de la comunidad gitana, el cual sería un claro referente para él.
Ruiz Baena, Eduardo (2018) ha investigado a la familia gitana Maldonado, especialmente a “El Lombardo” y su hija Estrella, en su libro El sabor de la tierra. Federico García Lorca en Valderrubio. El vado de los sonidos, crónica de una inspiración. Según este autor, Rogelio Maldonado Flores, “El Lombardo”, era natural de Fuente Vaqueros. A principios del siglo XX se trasladó a Valderrubio y fue vecino de la familia Lorca. Su hija mayor, Estrella Maldonado Heredia, una gitana morena de pelo rubio y gran belleza, se dice que fue la primera persona de la que se enamoró Federico, dedicándole varios poemas durante sus estancias veraniegas en Valderrubio. Federico contaba que le daban clases “El Lombardo”, gitano maravilloso, y Frasquito el de la Fuente, otro gitano espléndido.
Federico cultivó su amistad con dos grandes guitarristas: Ángel Barrios y la casa de su padre, Antonio Barrios “El Polinario”, donde pasaba muchas horas en reuniones y tertulias. También conoció a Regino Sainz de la Maza, con quien trabó una profunda amistad. En una carta a Regino Federico firmó como “poeta y guitarrista”.
El piano
Su habilidad para interpretar piezas clásicas al piano en ambientes serios, así como para cantar canciones populares acompañándose del mismo instrumento y terminar con bromas y parodias musicales —como imitar a un alemán cantando sevillanas— hacía las delicias de sus contertulios.
En cuanto a su formación pianística, en 1908 se traslada a Granada y comienza a estudiar con Antonio Segura Mesa (Granada, 1842-1916). Tras la muerte de Segura, recibió clases del organista de la catedral Juan Benítez.
Fernando de los Ríos recordaba cómo conoció a Federico en el Centro Artístico y Literario de Granada, del que era presidente y al que Federico se afilió en 1915. Un día, escuchó una sonata de Beethoven en el piano del centro; al salir de su despacho para ver quién era se encontró con el joven Federico.
En los viajes de estudio de 1917-1918 por Andalucía, Castilla, Galicia y León, acompañando al catedrático de arte Martín Domínguez Berrueta, Federico era el “músico” del grupo, interpretando repertorio clásico, popular e incluso composiciones propias. Fueron muy recordadas sus interpretaciones al piano en la Residencia de Estudiantes de Madrid.
El Concurso de Cante Jondo de 1922
El encuentro de Federico con Manuel de Falla en 1920 forjó una importante amistad. Junto a otros intelectuales y artistas, reivindicaron la dignidad del cante jondo organizando el primer concurso en 1922. Falla y Lorca tuvieron un papel fundamental como autores de los textos que fundamentaron estos principios. Sobre el flamenco, Lorca dictó diversas conferencias: Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz llamado jondo, pronunciada el 19 de febrero de 1922 y publicada por El Noticiero de Granada; Arquitectura del cante jondo (1930); y Teoría y juego del duende (1933).
Para Lorca el cante jondo fue fuente de inspiración en obras como Romancero gitano y Poema del cante jondo. Además, incorporó la poética de “el duende” y “los sonidos negros”.
Lorca ideó, junto a Adolfo Salazar, Manuel de Falla y Hermenegildo Lanz, un teatro llamado Los títeres de Cachiporra de Granada. El primer momento decisivo fue la Fiesta del Día de los Reyes Magos, el 6 de enero de 1923, en casa de la familia Lorca, como regalo a Isabel, la hermana pequeña de Federico.
La Argentinita, proyectos y canciones populares
Federico realizó trabajos de campo sobre música tradicional acompañando a Ramón Menéndez Pidal, durante su visita a Granada en 1920. En 1928, en la Residencia de Estudiantes de Madrid impartió la conferencia Las nanas infantiles (conocida como Canciones de cuna españolas), que también presentó en el Vassar College de Nueva York y en La Habana en 1930. Otra conferencia destacada es Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre (1933).
Una figura fundamental en su vida fue La Argentinita, Encarnación López Júlvez (Buenos Aires, 1897? – Nueva York, 1945).
En El maleficio de la mariposa, estrenada en 1920, La Argentinita fue el principal atractivo, destacando en la danza final con música de Grieg. En 1930, en Nueva York, coincidieron La Argentinita, Lorca, Fernando de los Ríos, Federico Onís y Andrés Segovia. Onís les pidió que fueran padrinos de su hijo y desde entonces Lorca se refería a ella como “mi querida Comadre”. Juntos prepararon cinco discos dobles de 78 rpm con canciones populares armonizadas por Federico, quien la acompañaba al piano, grabados en 1931, con la voz y las castañuelas de su “Comadre”.
La música en Federico no fue solo una pasión, sino que impregnó la temática de sus poemas y conferencias, se reflejó en la sonoridad y el ritmo de sus versos, influyó en los contrastes y “tempos” de sus obras y ha inspirado a compositores clásicos, flamencos y de músicas urbanas.
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